miércoles, septiembre 01, 2004

Este Si que Estaba Tocado

Y Fue Real

Querida señora Budd,

En 1894, un amigo, el capitán John Davis se embarcó en el puerto de Steamer Tacona, y con él fue de San Francisco a Hong Kong, en China. Cuando llegaron allí, se fue a comprar licores con otros dos marineros con los que se emborrachó totalmente. Y al regresar, el barco había desaparecido.

En aquel tiempo, había mucha hambre en China. La carne se compraba por 1 o 3 dólares la libra, y la hambruna era tan severa que los pobres vendían a niños de unos 12 años para hacer comida con ellos. Un chico, o chica, de menos de 14 años no estaba seguro en la calle. Podías ir a cualquier tienda y preguntar por cualquier tipo de carne que lo tenían, eso sí, extraido del cuerpo tierno de algún chaval. La carne de la espalda y el trasero era la más sabrosa, y por ello la más cara.

John estuvo allí, en China, tanto tiempo, que acabó acostumbrándose a la carne fresca. Cuando volvió a Nueva York secuestró a dos chicos, uno de 7 años y otros de 11. Se los llevó a casa, los desnudó y los desnudó. Los tuvo allí varios días, golpeándolos -torturándolos- constantemente para que su carne estuviera suave y buena.

Asesinó primero al chico de 11 años porque era el que tenía el culo más gordo y, claro, más carne en el mismo. Lo cocinó entero, menos la cabeza, los huesos y las vísceras. Fue asado en horno y en parrilla, frito, estofado y cocido. El siguiente chico corrió la misma suerte poco después. Por aquel entonces yo vivía en el 409 E 100 street, justo al lado de John. Él me contó lo buena que era la carne humana y me hizo desear probarla alguna vez.

El domingo 3 de junio -1928, les visité en su casa de 406 W 15 St. y les llevé queso y fresas. Comimos. Grace se sentó en mis rodillas y me besó. Entonces decidí comérmela.

Puse el pretexto de llevarla a una fiesta a la que ustedes le permitieron ir. Me la llevé a una casa abandonada en Westchesterse. En el jardín estuvimos recogiendo flores silvestres. Subí al piso de arriba y me desnudé, para no mancharme de sangre las ropas.

Cuando estuve listo, la llamé desde la ventana. Entonces me escondí en el baño a esperarla. Cuando me vio desnudo empezó a llorar y empezó a correr por las escaleras. La agarré y ella me dijo que se lo diría a su mamá.

Primero la desnudé. Me pateaba, me mordía y me arañaba, de modo que la golpeé hasta que murió, después la corte en pequeñas piezas para poder conservar mejor la carne, la cociné y me la comí. Qué dulce y suave era su culito después de que lo asase en el horno... Tardé 9 días en comérmela entera.

No me la follé, aunque hubiera podido hacerlo. Murió virgen.

Aqui Esta El link de La historia Completa

http://gothgata.blogspot.com/2004/08/albert-fish-extrado-de-crimelibrary.html